Este capítulo es la continuación de:
Vestigios
La historia que en este espacio les va a ser contada ha sido creada por Leila una habitante de nuestro pueblo, quien además ha comenzado sus prácticas con nosotros, ella es estudiante de locución y seguramente más adelante podrá estar tiempo completo con nuestro equipo de trabajo. Por ahora escucharemos su primer trabajo narrativo que tiene que ver con el mundo del suspenso. Los dejo con su primera historia. Bienvenidos.
“Los
ojos que no alcanzas a ver te siguen, si eres joven estás en el punto exacto.
Tienes la carne tierna y la edad perfecta.”
Edna se encontraba grabando un video cerca de
la casa de la abuela para enviárselo a su prima Daniela quien se había ido a
vivir a Costa Rica. Antes de terminar el colegio ambas viajaban continuamente a
pasar las vacaciones con la abuela que vive con su tío menor Oscar. El lugar donde
estaba grabando daba ingreso a un lote que se encontraba abandonado, la vida
existente se la daban los árboles frutales de mango y mandarina intactos al
paso del tiempo. Había llegado con Oscar para recolectar frutos y llevárselos. Eran alrededor de las once de la mañana. Mientras su tío amarraba a la
bicicleta las bolsas en las que habían guardado la fruta, ella se había quedado
haciendo la grabación para mostrarle a su prima cómo estaba el lugar al que
ella hacía más de año y medio no volvía, en el cual habían jugado muchas veces
a treparse en y lanzar las frutas que iban arrancando para que su tío las
recibiera en la parte de abajo. Edna se grabó hablando a la pantalla de su
teléfono y luego dio vuelta a la cámara para mostrar que el lugar no había cambiado mucho desde la
última vez que juntas habían estado allí. Todo era normal hasta que se encontró
numerosas marcas de sangre, junto a otras que parecían ser las huellas de unos
zapatos, al lado de estas notó unas más que no tenía forma de algo reconocido
porque estaba deformada como un manchón. Continuó grabando hasta donde las
marcas se perdían llegando un montón de piedras. Justo en la más grande habían
quedado tres plumas de gran tamaño. Acercó el teléfono al lugar en el que se
encontraban, las grabo entretenida y apenas estaba dispuesta a decir algo
sintió que una mano la tomaba por el hombro, soltó el teléfono y se giró
gritando a su tío por asustarla pero su grito se agudizó al darse cuenta que en
el lugar no había nadie. Levantó su teléfono y emprendió carrera hasta donde se
encontraba Oscar, no había avanzado mucho cuando escucho el ruido de lago que
había sido golpeado, avanzó a mayor velocidad llegó hasta los arbustos que
formaban la salida de lote, apenas salió se encontró de frente con Oscar
emitiendo otro grito, él la tomo de los hombros para revisarla.
– ¿Qué pasó? – Dijo mirándola de arriba
abajo.
– Allá
atrás hay algo feo – Respondió con unas palabras apenas reconocibles.
Oscar la calmó mientras la fue llevando hasta
donde estaban las bicicletas, junto a estas había un tronco donde hizo que ella
se sentara para que se pudiera calmar. Esperó un tiempo y luego quiso ir a ver
el asunto por su cuenta. Ella le pidió que no la dejara sola, pero le pudo más
la curiosidad. La muchacha se quedó inmóvil en pose de oración. En el lugar
Oscar revisó las cosas sin demorarse y se regresó hasta donde su sobrina
argumentando que no se trataba de nada extraño, que esas eran marcas
características dejadas por un animal herido que había sido cazado por un ave y
que las marcas quedaban así porque la presa era llevada por los aires hasta el
lugar en donde con calma lo podría ser devorado.
– Sí, pero las huellas que llegaban hasta ahí
no eran de un animal, eran de una persona, y que me dice del susto, alguien me
puso su mano sobre mí hombro – le respondió ella con los ojos aguados.
– Deja la paranoia, seguramente las huellas
son de alguien que como tú y yo llegó a
ver la sangre, y el susto es una reacción sugestiva no te hagas ideas y mejor
vamos que tengo cosas por hacer en la casa – Le contestó mientras la tomaba del
brazo alcanzándole la bicicleta para que la montara.
– No, al llegar al lugar no estaba asustada,
quedé impactada por la forma en que se encuentran esas cosas, eso es prueba de
que ahí pasó algo. No pretendo encontrar una lógica es solo que ese lugar
baldío se presta para muchas cosas y por el susto que me dieron, seguramente
dejaron algo suelto, algo que no podemos ver y que se molestó porque encontré
las huellas de lo que había hecho y por eso decidió asustarme –
- Ustedes las mujeres cuando encuentran tema,
nadie las calla, especialmente tú Edna, ¡Qué
cosa!. Si lo que dices que te asustó te escuchara se espantaría con la
cantaleta, tal vez fue eso, advirtió quien eres y quiso que se te enredara la
voz para que no lo agobiaras con tus argumentos – Le contestó dejando escapar
sus risas.
- Como no le pasó a usted no le ve la
importancia cierto y si nos hubiera pasado a los dos, ¿Le habría dado igual? –
Refunfuñó ella.
- Ves ya te hice pensar en otras cosas, espero
que eso que haga sentir mejor. Susto o paranoia lo mejor es que si vas a volver
no ingreses sola al lugar para evitar sucesos como ese ¿Te parece? -
Ella no le contesto pero se notó calmada.
Decidieron que no iban a tocar el tema en la casa. Para dejar las cosas así y
que ella no se llevara ideas intranquilas a su cabeza. Oscar con su costumbre
de manejar las cosas con calma se dedicó a hacer lo que habían acordado,
incluso se guardaría los comentarios jocosos que se le llegaran a ocurrir
acerca de la situación. En la tarde Edna acompañó a su abuela a la casa de una
de sus amigas a hacerle la visita, Oscar por su parte se salió a rondar por las
calles del pueblo con sus amigos. Llegada la noche cenaron temprano mientras
escuchaban a la abuela contar historias de su niñez. Ese día se habían
levantado antes del amanecer así que el cuerpo empezó a pedir descanso
temprano. A las nueve todos ya estaban en sus cuartos. El descanso de todos
transcurría con normalidad hasta que a la
madrugada un mensaje en el teléfono de Edna la sacó de sus sueños, era de
Daniela que le había contestado el mensaje sobre el video que le había sido
enviado al medio día. Edna había quedado consternada con lo sucedido en ese
lugar, así que había decidido ocupar su mente en otras cosas, dejando para
después la revisión de los chats para cuando estuviese de mejor ánimo, por eso
también había olvidado bloquear su teléfono para que no la despertara algún
sonido. Lo tomó ya que no paraba de sonar con las alertas de todos los mensajes
le estaban llegando. Somnolienta lo acercó para empezar a revisarlo, al darse
cuenta de que todos los mensajes estaban llegando al tiempo se percató de que
la señal había estado defectuosa y apenas se restablecía. Iba a desactivar todo
pero por error activó uno de los audios que su prima le había enviado.
<< ¡Edna estas bien¡ ¿Qué fue lo que
pasó? He estado preguntándole a Oscar pero tampoco me da respuesta, parece que
están sin señal todos allá. Repórtate me tienes preocupada, ¿Te hizo algo esa
cosa que te siguió? >>
La solicitud urgente de su prima la dejó
sentada en un solo acto. Tomo el teléfono para revisar a que se refería ella.
El mensaje que se activó era el último que ella la había enviado, antes de ese
tenía toda una fila esperando ser leídos. El primero era otro audio.
<< ¿Qué cosa es esa donde estas metida?
¿Qué sucedió? ¿Qué son todos esos rastros? ¿Lo del final es cierto? Se trata de
un animal o una persona eso, no lo enfocaste bien cuando saliste corriendo, es
un bicho horrible >>
Alarmada por el tono de voz de su prima en el
mensaje quedo sentada en la cama y se puso a revisar cada mensaje para
enterarse del motivo de la angustiosa preocupación de ella. Le había enviado el
video sin revisarlo, no había querido pensar más en el asunto y no le parecía
que Daniela hiciera tanto alboroto como si ella hubiese vivido la situación,
¿Qué le había llamado tanto la atención? Así que se dispuso a revisar el video
con calma para ver si era que su grito había sido muy escandaloso como para
darle tanta relevancia. Estaba concentrada en su apariencia y constató que
definitivamente la cámara no la favorecía. Cuando hizo el cambio de la cámara
quiso pausar el video, pensó que no era buen momento para volver a ver esas
cosas, pero le pudo más la curiosidad, así que busco algo para morder por si le
llegaban las ganas de gritar en caso de asustarse demasiado a pesar de que
sabía muy bien que la esperaba, la
escena no era tan impactante. Las marcas parecían haber sido puestas
intencionalmente, llegado el momento en el que sintió que la tocaban su grito
la hizo brincar y casi soltar la camiseta que se había puesto en la boca para
morder, la toma desordenada mostraba una parte de su cuerpo envuelta en una
sombra, los movimientos fueron pasaron tan rápido que debió devolver para
revisar de nuevo. Su prima se lo había dicho en los mensajes, había algo detrás
de ella, no se lo había inventado. El video continuaba, cuando ella levantó el
teléfono, la grabación en movimientos alarmados guardó otra toma a medida que
ella se está alejando del lugar. En esa parte se logró ver algo más grande con maltrecha
forma humana llena de lo que parecen ser plumas, de forma borrosa pero
reconocible. Edna empieza pegar unos alaridos de muerte lanzando la camiseta
que tenía en su boca, el teléfono salió por los aires para rebotar en el
colchón. Abrió los ojos, había estado soñando. En ningún momento le había
enviado el video a Daniela. Su miedo no le había permitido mirar el teléfono
durante el resto de día. Al momento llegó Oscar amenazante en pose de karate levantando
con su skate con una mano y una pequeña linterna en la otra apuntando a todos
lados. Edna había soñado que se asustaba pero el grito que pegó la dejó sentada
y de paso despertó a sus familiares, lloraba y no podía hablar. Al notar a su
sobrina sentada en la cama llorando y temblando dejó todo y se le acercó para
abrazarla, la abuela acudió llamándola a agritos, encendió a la luz mientras en
la otra mano llevaba una escoba, se sentó a su lado para ayudar a calmarla. Se
quedaron en su posición cada uno esperando a que la respiración de la muchacha
volviera a la normalidad. Apenas pudo hablar les explico lo que había estado
soñando. Oscar quedó extrañado al notar la coincidencia con respecto a la mala
señal que realmente había sucedido, solo hasta esa hora se había restablecido.
– Ya entiendo porque no estaban saliendo los
mensajes, tenía una cita on line que no pude cumplir – Dijo Oscar sin pensarlo.
Las dos lo atacaron con la
mirada mientras el solo esperaba las reacciones. Le preguntaron a Edna que si
podían ver el video, ella lo pensó unos instantes y luego acepto mientras se recostó para
taparse la cabeza con la almohada. La abuela y Oscar miraban atentos la
pantalla del aparato, al llegar al momento del susto pegaron un brinco en sus
lugares y después juntaron sus miradas buscando una respuesta. La abuela pidió
explicaciones ya que no entendía como era que habían hecho ese video, pero lo
que más la impactó fue que algo así sucediera a plena luz del día. Ellos le
explicaron lo sucedido, manifestándole que no entendían nada y que no habían
tocado el asunto durante el día porque, sabían que no era sano darle
importancia. Edna se vio obligada a narrar la situación. Terminó diciendo que
había decidido dejar el teléfono en el cuarto para no tener la tentación mirar esas
cosas de nuevo. Le pidió a Oscar que eliminara ese video por completo. Para no
tener algo tan espantoso. Cuando se iban a devolver a sus cuartos, Edna le
pidió a su abuela que la dejara quedarse con ella, quería descansar y sabía que
en su cuarto sola no lo iba a lograr debido a la zozobra que la había dejado
alterada. Así terminaron de pasar la noche. En la mañana siguiente durante el
desayuno Edna le hizo saber a su tío que deseaba hablar con el respecto a lo
que había sucedido, apenas su abuela les diera el espacio. Él aceptó como si se
tratara de un tema irrelevante.
A media mañana fueron
enviados a comprar unos vivieres para la preparación del almuerzo y la cena.
Aprovecharon para tocar el tema especialmente la relación del sueño que le había
mostrado a Edna ese detalle que solo al revisarlo con calma pudo percatarse que su
sueño había sido una revelación, las imágenes que no había querido volver a ver
eran exactamente cono las había soñado. Antes de salir de la casa revisó su
última conversación con su prima para ver si como en el sueño le había escrito algo
que fuera de lo común. No encontró nada, diferente a sus charlas de chicas. Lo
único que vio fue que llevaban dos días sin contarse nada y en verdad que ella
necesitaba hablarle para manifestarle los angustiosos momentos que había vivido
durante las últimas horas. La conversación con Oscar no llevó a nada nuevo,
concluyeron que todo se resumía a un susto, ella hizo que su primo le
prometiera no dejarla sola hasta que se le pasara por completo el impacto que
le había dejado esa indeseable experiencia. Se sintió más calmada al regresar a
la casa y agradecida con su tío por guardarse las bromas y entenderla. Al
llegar a la casa la abuela los esperaba descompuesta en el umbral de la
entrada. Ambos la miraron preocupados y llegaron a ella inquietos pensando que
había pasado algo en la casa. Ella los recibió sin decir de inmediato que
estaba ocurriendo. Buscaron donde ayudarla a que se sentara. Con sus ojos
apagados y la mirada perdida les hablo.
– Daniela está desaparecida,
desde antier viajó hasta acá no se sabe nada de su paradero -
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